El detective Pancracio es un personaje de ficción en la novela de Miguel Ángel Salinas y no tiene nada que ver con Simona en la historia Alguien cuidará de nosotras cuando hayamos muerto del mismo autor. Las dos novelas están separadas en el tiempo y unidas en fechas de publicación por coincidencias editoriales, ajenas al autor que nació en Barbastro “un día tormentoso del mes de agosto”. Al mismo tiempo dice que “Premios no he obtenido ninguno, ya lo adelanto” y también que “mi obra literaria es tan extensa como el firmamento infinito y estrellado, aunque la mayor parte, inédita. ¿Por qué?, pregunten a los editores”.
Se refiere a la novela Alguien cuidará de nosotros cuando hayamos muerto como “una historia rural en la provincia de Huesca que cuenta la vida dura de Simona, única habitante de la aldea apartada de la mano de Dios y del hombre, donde llevaba veinte años sin ver a nadie hasta que descubre en las falsas una caja de mantecadas con fotos comprometedoras de su hermano, un diario y la llave. A partir de ahí baja al pueblo más próximo y trata de descubrir lo que pasó y se convierte en novela de suspense”.
Una investigación que no tiene nada que ver con el detective Pancracio “son dos novelas diferentes porque afecta a una persona a quien la crisis de 2007 lo dejó sin empleo y tras quince años en una entidad financiera le sobrecogieron la dureza del paro y la crueldad de disponer del tiempo libre necesario para pensar en ello”. En la trama explica que “se refugió en las labores domésticas y en la lectura de su envidiable colección de novela negra. Lo martirizaba la hipoteca de la casa, depender del suelo de su mujer y no ser capaz de lograr empleo”.
A partir de ahí, escribe una historia propia de investigador “hasta que por fin le llega la propuesta de averiguar un asesinato y cuenta para ello con las ayudas de un amigo bandarra y de su suegro octogenario que tiene tiempo para ayudarle, aunque desconoce el oficio de detective. Nadia, hija de Pancracio, Margarita Aranguren y el inefable y carismático inspector de policía, Antonio Castro, son tres de los personajes ficticios”.
El autor explica que las dos novelas son “de estilos muy diferentes, ágiles de leer y llegarán con facilidad a los lectores porque los personajes tienen mucho peso y protagonismo”. A partir de ahora, espera que le conozcan más en su faceta de autor, “aparte de amigos y conocidos, hace años que escribo relatos y novelas, así me libero. Los personajes me tienen cogido”.