A menudo las piedras que encontramos en nuestro camino son oportunidades disfrazadas de problemas. Oportunidades que nos ofrece la vida para cambiar nuestra manera de mirar e interpretar lo que nos ocurre, oportunidades que encierran la semilla de nuestra transformación y crecimiento personal.
Perdónate por tropezar de nuevo con la misma piedra, se compasivo contigo mismo, has de saber que no hay aprendizaje sin error. A menudo tenemos que experimentar los opuestos para llegar al equilibrio.
Cada piedra nos recuerda que el universo tiene distintas formas de incomodarnos, de lo contrario permaneceríamos siempre en nuestra zona de confort y no evolucionaríamos. Sin embargo todos necesitamos de vez en cuando recordar que todo pasa, las situaciones difíciles que podamos atravesar también pasarán, de nosotros depende quedarnos atrapados en el sufrimiento o, a pesar del dolor, ver que aprendizaje se esconde detrás de esa situación. Recuerda que detrás de cada piedra está siempre el amor.