Mucho se habla de la falta de personas y con el nivel adecuado que precisa el mercado laboral para atender sus necesidades. Atendiendo a esta premisa, es lógico que en el aquí y el ahora, y mientras esta situación persista en el tiempo, que los trabajadores tengan más poder para elegir dónde trabajar. Con lo que es lógico pensar que cada uno de nosotros vamos situándonos allí dónde creemos sentirnos mejor. Luego, recae sobre el empleador la ardua tarea de hacer atractivo su proyecto. Para así asegurar la atracción de personas adecuadas a las necesidades del mismo.
Dando por hecho que uno estudia y se prepara para un desarrollo profesional en un área, sector, servicio que le gusta, se puede decir que el siguiente paso es preguntarse en qué proyecto, empresa o entidad me gustaría trabajar.
Luego el empleador actual, para que la respuesta a esa pregunta sea SU PROYECTO, se encuentra en un momento de crear culturas de empresas atractivas para los perfiles que demanda.
Si las personas trabajan su marca personal, las corporaciones lo hacen con su marca de empleador (employer branding) e intentan desarrollar estrategias adecuadas que les permitan fidelizar a las personas con las que cuenta y atraer a las que precisan. Y a nadie se le escapa que esta estrategia será diferente en un sector u otro. Como por ejemplo el agroalimentario o como en el de las tecnologías de la información. Seguro que es diferente la persona que decidió estudiar las entrañas de un animal a la que decidió a estudiar los 1-0-1-0 de las computadoras. Pues las personas que en su día decidieron prepararse para un sector u otro, tuvieron intereses diferentes, y lo que de verdad les satisfaga es completamente diferente.
Si bien, me atrevería a decir y en base a mis casi dos décadas de experiencia en el sector de los recursos humanos, hoy en día, e independientemente de nuestro momento vital en el que nos encontramos, por norma general las personas buscamos: tiempo, sentirnos satisfechos con lo que hacemos, y nuestro bienestar y salud. La felicidad. Lo que obliga a las empresas a trabajar esa marca del empleador, ofrecer flexibilidad, trabajar el clima laboral, la conciliación laboral, trabajar el sentimiento de pertenencia, ofrecer teletrabajo cuando sea posible, compensaciones ad personam, o beneficios adicionales como: guarderías, pólizas privadas de seguros, transporte de personal, estacionamiento, centros de trabajo cómodos… Y como ya he mencionado, todo ello ya no solo para atraer a las personas precisas, sino también para generar compromiso, motivación y fidelizar a las que ya están en el proyecto.
De este modo puedo decir que tanto al empleador como al trabajador les preocupa una misma cosa: el bienestar y la salud. Y debo decir que en el ámbito geográfico que conozco se hace un verdadero esfuerzo por trabajar las estrategias anteriores, y existe un verdadero interés por el bienestar y la salud por parte de las empresas. Celebración del Safety Day, eventos motivacionales o diferenciales a final de año, acciones formativas antiestrés (risoterapias), entre otras acciones son eventos que he ayudado a desarrollar junto a Adecco Learning & Consulting en empresas de la zona. Mencionar también el creciente interés de las empresas de nuestro entorno por la salud mental. En programas orientados a la gestión de emociones, a ser más conscientes, a aprender a lidiar con los problemas del devenir laboral, siendo más felices en el trabajo.
Quiero concluir haciendo especial hincapié en la idea de que todo el esfuerzo en la atracción y fidelización de personas debería generar entornos de trabajo saludables. Ayudando a la consciencia emocional de cada uno de sus miembros, y por tanto, su felicidad. Trabajadores conscientes de sus emociones que las saben gestionar, sin duda se traduce en un bienestar y salud en el trabajo que les hará decir: ¡donde se está bien, buen rato!