Quiero retrotraerme a la primera semana de marzo de 2020, cuando se inició la pandemia del covid-19, en vísperas del confinamiento. Recordemos cual era la situación que se vivía en los hospitales y centros de salud, los almacenes de epis vacíos, la situación de los sanitarios era desesperante, debían fabricarse epis con bolsas de basura, no podían separar la zona “sucia” de la zona “limpia” porque no podían saber quién estaba infectado.
Esa misma semana se me ofreció poder comprar test de anticuerpos y pensando en esta oportunidad, me puse en contacto con algún médico del centro de salud de Barbastro, se lo expuse y me derivó a la persona responsable del hospital de Barbastro, ésta me comentó que el hospital no podía comprar directamente test, pues se centralizaban las compras en Zaragoza y de allí distribuían, a lo que le propuse donar los test de forma altruista con la condición de que fueran usados en el hospital de Barbastro, se puso muy contenta de tener esta posibilidad, me puse manos a la obra, envié al hospital la ficha técnica de los test y, muy importante, la homologación de éstos estaba hecha en Alemania, cuando homologar con CE en determinados lugares de Europa es muy fácil de conseguir, en Alemania no.
Contacté, por la mañana, telefónicamente y por mail, con las Asociaciones de Empresarios de Barbastro y con el Ayuntamiento exponiéndoles esta necesidad del hospital y que yo tenía el contacto para poder comprar test. Algunos empresarios encargaron cajas que sufragaban individualmente, pero decidí esperar a unificar el criterio.
Al día siguiente recibo la llamada de un empresario del Polígono Valle del Cinca diciéndome que cuente con una primera cantidad de 20.000 € para la compra, y, además, me comunican que han creado un fondo de contingencia para cubrir todas las necesidades que tenga nuestro hospital, el Ayuntamiento de Barbastro también se mostró interesado en comprar para donar al hospital.
Contacto de nuevo con el hospital y me dicen que la inmunóloga quiere probarlos primero, les pregunto qué cantidad quieren, me dicen que unos 200.
El plan era dotar de los test necesarios al hospital y a los centros de salud de Barbastro, Monzón, Binéfar y Graus, todo ello con donaciones de los empresarios de las diferentes comarcas.
Con el dinero de una empresa del Polígono Valle del Cinca y el Ayuntamiento de Barbastro compramos y pagamos 500 test para ser donados al hospital, en Binéfar se compraron también 150. Su precio rondaba los 5 €/unidad en aquellos momentos.
A la semana siguiente no llegaron, pregunté y me dijeron que estaban retenidos en la frontera, cuando había pasado un mes y nadie sabía dónde estaban, el gobierno de España, lamentablemente y sin saber por qué, sacó un decreto por el que se prohibió a particulares y empresas comprar test. Tras ello solicité la devolución del importe pagado y en dos horas fue satisfecho a la empresa y al Ayuntamiento.
Decir que, como persona que vivió esos momentos, me siento muy orgulloso de nuestros empresarios, porque supieron ser solidarios, sin pretender ningún protagonismo personal, solidaridad pura y dura. ¡Muchas gracias por ser así!
Se hicieron muchas más cosas, si se hubiera contado con los laboratorios veterinarios se hubieran podido fabricar todos los test necesarios. Si se hubiera contado con la empresa Certest, radicada en San Mateo de Gállego, y que estaba exportando toda su producción de test y que, ni siquiera, el Gobierno de Aragón contactó con ella.
¿Os suena que se han desarrollado y se están desarrollando juicios de personas que pretendieron, y algunos lo consiguieron, enriquecerse con los test y con las mascarillas, que luego salieron mal por estar homologados en esas zonas de fácil homologación?
Me llamaron de algún medio de comunicación para que contara esto y decline la invitación porque nadie quería protagonismo, solamente con ayudar bastaba.
¿Por qué cuento esto ahora?
Sencillamente por recordar que la gestión de la pandemia fue un desastre, me ahorro calificativos a los responsables y a los que hicieron negocio con el dolor de las personas, la calificación os la dejo a vosotros, yo diplomáticamente, afirmo que los mejores no estuvieron al frente.
Recientemente hemos asistido, desgraciadamente, a las consecuencias de la DANA de Valencia, algo que parece no nos afecta a nosotros, ni a los medios de comunicación, ni a los que hubieran debido estar al frente, pues detraen del erario público un monto económico que, claramente, no merecen.
Parece que somos un país muy pobre y nos piden solidaridad. En España, año 2024 ¿puede ser que no se reciba en Valencia la ayuda que los valencianos necesitan, sin tener que acudir a la solidaridad que, demagógicamente se nos pide?
Son más de 200 los fallecidos y parece que sucedió muy lejos.
Pasó la pandemia y los peores estaban al frente, pasa la DANA en Valencia y siguen los peores al frente. ¿Cuándo pase la siguiente desgracia seguirán los peores al frente?
Realmente es como para poner pie en pared y decir hasta aquí habéis llegado.
2 comentarios
Ramón,
El mejor análisis es siempre el que se hace con distancia temporal. El tuyo la tiene. Así toma perspectiva y objetividad el razonamiento. Gracias por compartir esa experiencia, uniéndola a la nueva situación de emergencia que es la DANA.
Los ciudadanos de buena voluntad, que son la mayoría, sufrimos el cada vez el más grande, pero ineficiente funcionamiento del sector público (sanidad, enseñanza, seguridad, autonomías, diputaciones, municipalidades….). Pero, atónitos, contemplamos que no existen debates, análisis, estudios para corregir y mejorar los fallos.
Fallos, que, como en el caso de la respuesta que se ha dado ante la tragedia de la DANA, no vienen motivados, como suele argumentarse, por la falta de recursos, sino por una mala dirección y coordinación de los mismos, ya endémica en el sistema público.
Reflexionemos desapasionadamente sobre ello y busquemos soluciones antes de que ya no sean posibles.
Gracias por tu comentario.
Muy buena reflexion..y toda la razon..no estan al frente profesionales…se deberia exigir mas profesionalidad para cualquier cargo…y principalmente cargos públicos.