Como observamos cada mes está lleno de fechas y acontecimientos muy agradables y entretenidos.
Lo anterior que escribí fue sobre el Otoño y, aunque haya pasado voy a conectar con diciembre, pues es un mes muy especial:
Se siembran los ajos por Santa Lucía (13 de diciembre)
Acabó el Otoño con el Adviento, las «Calendas» y «la Lotería». Ocurría el cambio de estación, el día más corto del año y la noche más larga.
Ya los romanos celebraban las Saturnales por estas fechas en honor de Saturno, el dios de la agricultura y la cosecha. Las labores agrícolas finalizaban en esa época y quedaba tiempo para visitar a familiares y amigos, celebrar banquetes e intercambiar regalos y otras actividades más parecidas al Carnaval.
Duraban del 17 al 23 de diciembre, a la luz de velas y antorchas pues señalaban el paso del período más oscuro del año a uno nuevo en que la luz solar vuelve a crecer. Los romanos llamaban a este fenómeno «Sol Invictus» y lo celebraban el 25 de diciembre.
El Sol ha sido venerado a lo largo de la historia por muchas civilizaciones por ser el responsable de que exista vida en la Tierra.
El Papa Liberio en el año 354 decretó que la fecha oficial del nacimiento de Jesús, la Navidad, fuera el 25 de diciembre.
En estos tiempos se viaja mucho, por placer o por necesidad y convivimos con personas de otros países, culturas y tradiciones y eso hace que se mezclen, se comparen y, a veces, se asimilen. Como sucede con nuestra Navidad, la llegada de Papá Noel o Santa Claus en las mismas fechas. Estos últimos provienen de la tradición de San Nicolás de Bari, considerado el patrón de los niños y que en otros países celebran el 6 de diciembre.
En estas Fiestas Navideñas nos envuelve una atmósfera especial que nos conmueve a todos. Son días inolvidables, cálidos y cariñosos. Las familias y los amigos se han reunido para celebrar y normalmente hay que repartirlas porque, no siempre es posible estar todos juntos.
La Tierra ha completado su recorrido y ha pasado por el punto más cercano al Sol, el Perihelio, que se celebra el 4 de Enero. Parece que deberíamos tener más calor en estas fechas, por estar más cerca del astro rey, pero no es así debido a que el eje de la Tierra está inclinado unos grados y los rayos del Sol no inciden sobre ella de igual manera a lo largo de las estaciones.
Comenzó un nuevo año y recibimos a los Reyes Magos. Se acabaron las Fiestas Navideñas y con ellas las vacaciones de invierno. Hay que ponerse las pilas y seguir adelante.
La mengua de enero (luna menguante) es la indicada para trasegar el vino, para que no se agrie. También para cortar las cañas y la madera y así no se combarán ni cucarán.
El 17 de Enero S. Antón, el día alarga una hora. «Pa San Antón de chenero trachina una hora más o trachinero» dice el refrán.
También empiezan a poner huevos las gallinas, «pa San Antón la gallina pon», que habían tenido un descanso.
Es el patrón de los animales domésticos y ese día, se les lleva a bendecir a las puertas de las iglesias.
Entre el 15 y el 17 son los «Santos barbudos» ( San Pablo Ermitaño (el día 15), San Mauro Abad (el 16) y San Antón, el 17. Son nombrados como referencia para el clima del invierno «semana de barbudos estornudo seguro». Son los días más fríos del año.
El día 20 fue San Sebastián, abogado de la peste. En algunos pueblos se encienden hogueras la noche de la víspera, como agradecimiento por haberlos protegido contra ella.
Y llega Febrero, también repleto de acontecimientos: el día 2 la Candelera, con su feria y las veletas bendecidas. El 3, San Blas (avogado de la garganta). Se va a Misa, a la iglesia, a bendecir alimentos para las personas y hay quien, también para los animales domésticos. El día 5 Santagueda (patrona de las mujeres), ese día mandan ellas. En cada pueblo es celebrado de una manera y existen romances que se van a cantar la víspera.
El 14, San Valentín (día de los enamorados).
Los carnavales dependen de la Semana Santa y su fecha es 40 días antes del Jueves Santo. Este año caen entre el 16 y el 21 de febrero y el 22 es el «Miércoles de Ceniza», comienzo de la Cuaresma.
Creo que somos unos privilegiados por tener tantos días señalados y llenos de alegría a lo largo del año y debemos estar agradecidos.