El día 5 de junio de 1970, a los 39 años de edad, falleció D. Rafael Fernández de Vega y Frago, alcalde de Barbastro, víctima de accidente de circulación y en acto de servicio, pues se dirigía al Valle de Benasque para realizar gestiones de interés municipal. El fatídico acontecimiento tuvo lugar en la parte final de la recta de Barasona, dirección a Graus, donde un pequeño monolito con cruz de piedra recuerda lo sucedido.
Muchos barbastrenses de cierta edad se acordarán o habrán oído hablar de él, pero otros lo desconocerán por completo, ignorando su huella en múltiples lugares o eventos que hacen que Barbastro sea la que es.
En aquella época pre-transición y rodeado de un extraordinario equipo de colaboradores, el Alcalde, Diputado provincial y Abogado Fernández de Vega consiguió que vieran la luz muchos de los emblemáticos activos que hoy caracterizan a nuestra Ciudad: la canalización del río Vero, la apertura de el Ensanche o zona nueva, incluidos la Cooperativa de Viviendas y el complejo deportivo que comenzó con el Campo de Fútbol, el Polígono Industrial Valle del Cinca, la Feria de Muestras, la Escuela-Hogar (hoy Colegio Alto Aragón), la Residencia de Estudiantes (hoy Atades), el Hermanamiento con la ciudad francesa de Saint Gaudens, la instauración de la Semana Cultural con su Certamen Literario y también la del Coso Blanco, entre otros muchos. Tras nueve años de alcaldía, murió dejando varias obras sin terminar y otros nuevos proyectos ya esbozados como el del Hospital de Barbastro. Su ingente labor pública y política fue reconocida con los nombramientos de Comendador de la Orden del Mérito Civil y de Caballero de la Orden de Cisneros.
Rafael era una persona con buena formación personal y política –era Licenciado en Derecho y había pertenecido al S.E.U-, era jovial, activo, con gran carisma y capacidad de persuasión y con una enorme cercanía hacia los demás (podrían contarse cientos de anécdotas en prueba de ello), lo que le granjeaba el afecto sincero de sus conciudadanos; por ello, su repentina muerte, tan joven y con tres hijos pequeños y otro en camino, supuso una tremenda conmoción para todo Barbastro, que fue recogida mendiante testimonios gráficos que impresionan vivamente al ver su multitudinaria despedida.
Quizá quienes no le hayan conocido puedan hacerlo al pasar por la rotonda que se encuentra al final de la Avenida San José María Escrivá de Balaguer, junto al Polideportivo Municipal, donde se ubica su monumento, levantado por suscripción pública y pagado íntegramente por los barbastrenses y amigos foráneos. La admiración hacia Rafael Fernández de Vega queda simbolizada en este monumento, cuyo busto contempla -seguro que con orgullo- el devenir y desarrollo de su querida Ciudad del Vero.