Te estoy bebiendo cada día, y lo peor, es que no me quitas la sed que invade mi cuerpo, mi mente y mi alma, desde que ambos decidimos que estábamos locos, el uno por el otro. No encuentro otro lenguaje que el que aparece entre tus labios y mis ojos, el único que no tuvimos que aprender, porque nacimos con él en los bolsillos donde guardamos los números a los que hemos dejado de llamar, cuando empezamos a querernos, cuando empezamos a perder la libertad de amar al prójimo como a nosotros mismos, porque contigo y conmigo nos bastaba. Entonces, la sed paso a ser hambre, y el deseo era tan irrefrenable que nos daba igual que el prójimo tuviera nombre y apellidos, nos daba igual que las fiestas a las que íbamos nos nos invitaran a los dos, porque siempre, siempre, terminábamos la fiesta en casa. Y me dolía tu boca en mi boca, tu mano en mi cara, tu cuerpo buscando el mío de manera inesperada. Me dolías entero tú. Aún me dueles, cuando llamas un viernes por la noche, lo que pasa, es que ahora lo que me quita la sed, es una chica. Ginebra.
PERFIL DE ELVIRA RAMOS
Elvira Ramos Rivera nació en Talavera de la Reina, pero es de todos los lugares en los que ha vivido. Ha cursado estudios de Educación Especial, Humanidades y Teoría de la Literatura. Tiene la sensación de que cuantos más conocimientos adquiere, menos comprende sus emociones. Ha trabajado en museos y librerías y mientras, escribía y escribía y escribía. Ahora trabaja en sí misma, entre otras cosas. Su próximo objetivo es investigar sobre las poéticas de Alejandra Pizarnik y Antonin Artaud. Sabe que volverá a Granada, y que algún día se perderá por Buenos Aires y que siempre quedará París.
Si necesitas saber algo más sobre ella lee su blog: www.elviramos.blogspot.com También responde a sms, privados de facebook y mails. Eso sí, siempre en verso libre.