David Gatta ha dejado constancia de las romerías a El Pueyo en el mural de grandes dimensiones pintado en Antillón para dejar constancia de la fidelidad tradicional de los vecinos que conservan la tradición desde el año 1680. En el transcurso de tres siglos, muchas generaciones familiares subieron desde la Plaza del Sol hasta el monasterio y bandearon el pendón de color rojo. Hasta llegar a la iglesia que tiene consideración de “altar privilegiado” por concesión del Papa Inocencio XIII en 1625.
Los romeros antilloneros disfrutaron de indulgencia plenaria concedida por el obispo Emilio Jiménez (1918-26) para quienes visiten la iglesia. En la historia de las romerías, es la primera vez que se dedica un mural de 7’5 metros de alto por 16’5 metros de largo en superficie de 120 metros cuadrados.
David es la primera vez que pinta un mural dedicado a romerías y reconoce que “nunca he subido a Pueyo por Lunes de Pascua ni después, al menos en romería, soy de los que se quedaban abajo entre los olivares para comer con amigos”. Antes de realizar el trabajo se documentó sobre la historia y también se basó en “todo lo que me contaron los vecinos. Ha sido una experiencia personal enriquecedora. En la próxima romería, cuando sea posible, subiré con ellos al monasterio”.