
En Graus hace muchos años que se celebra el día de la longaniza. Desde por la mañana hay un mercado medieval donde venden cosas antiguas, hay puestos de comida, libros (algunos tratan sorbe el día de la longaniza y otros no), incluso instrumentos hechos con madera, caña, cuerda y otros materiales muy raros.
La longaniza consta de cinco parrillas puestas sobre un carro plano y grande, de unas vente lineas de longaniza cada una. Las personas que hacen la longaniza se pasan casi tres horas sin exagerar haciendo la masa, dándole forma y poniéndola en las cinco parrillas.
Además hay un chico que es el presentador, que va informando de lo que se va haciendo: si rellenan la primera o segunda o tercera o cuarta o incluso la quinta parrilla él lo avisa.

Sobre las seis, los niños participan en un pequeño juego, que consta de dos partes, en la primera pintan algo relacionado con la longaniza y en la segunada cada niño con la ayuda de una persona fabrica una pequeña longaniza. También les dan un delantal.
Este año el presentador avisó de que había un pequeño problema, aunque no dijo cual, que hacía que todo se realentizara un poco.
Al terminar de preparar la longaniza y antes de asarla, habló el alcalde Jose Antonio Lagüens y cuando terminó la llevaron a hacerse.
Cuando estaba lista prepararon las mesas donde se iba a repartir la longaniza entre todas las personas que habían acudido a ver cómo se hacía. Aparte de los mayores tambien había junto al alcalde ayudando a repartir dos niños, y yo era uno de ellos, ¡Que suerte! Entre tanto, el presentador iba preguntando a la gente qué les parecia la longaniza y como a la mayoría de las personas les encanta la longaniza respondían: buenisima, esquisita, deliciosa, etc.
¡Que famosa es la longaniza que no pica (la de Graus claro)!