El próximo sábado 26 de diciembre tendrá lugar un concierto navideño en la iglesia de san Pedro Apóstol de Vitoria, donde se interpretará la obra de Julio Broto “No lloréis mis ojos”. El concierto correrá a cargo de la soprano barbastrense Nuria Franco y el tenor vasco Alberto Canet-Muga, acompañados por el pianista y organista Javier Pérez de Azpeitia. “No lloreis mis ojos” pertenece a la cantata “Nohebuena” y va seguida de la obra coral “Por esas montañas” que no se interpretará.
En la organización del recital colaboran la Asociación de Amigos de la Ópera y la Zarzuela de Vitoria, la Fundación Vital, la Diócesis de Vitoria y la Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad en la Vera-Cruz.

El programa (Concierto benéfico de Navidad en la Iglesia de San Pedro – Diócesis de Vitoria / Gasteizko Elizbarrutia (diocesisvitoria.org) incluye obras clásicas navideñas, como diversas cantatas del Mesias de Haendel, y otras de Bach, y Puccini, incluso el famoso “Happy Christas” de John Lennon.

Durante el ensayo del concierto, en Barcelona, el pianista y director de orquesta Ricardo Estrada quedó sorprendido ante la obra de Julio Broto, que no conocía, reconociendo su gusto artístico y belleza. Estrada es un acreditado pianista y director de orquesta que ha estrenado obras propias en el Gran Teatro de Liceo de Barcelona, Auditorio de Barcelona y salas de Amsterdam, Manchester, París, Polonia, Madrid, Valencia, Zaragoza, etc.

Crónica del estreno de la obra: Misa de Gallo en Graus, en 1953
Julio Broto estrenó “Nochebuena” en Graus, en la basílica de la Virgen de la Peña, durante la Misa de Gallo de 1953, cuando ejercía allí de sacerdote. Un artículo del grausino A. Villar, titulado “Recuerdo de las Fiestas de Pascuas en la villa de Graus: Misa de Natividad” narra aquella Misa de Gallo:
Aire transparente, sutil, de acerado frio. Calles desiertas que se pueblan de sombras presurosas en la alta noche; se presiente la fiesta navideña. Rompe el silencio una campanita alborozada cuyas notas vibran tan nítidas, que semejan recorrer un pentagrama de cristal. La placita de la vieja iglesia parece extrañar el inusitado concierto, y guarda afanosa entre sus sombras el regalo sonoro.
Pasan los devotos-cuchicheos de las mocitas bajo los honestos velos, y la pequeña nave acoje a todos en su romántica arquitectura. Nuevo alborozo en el campanil; lentas, solemnes, llegan doce campanadas que estremecen el aire.
Comienza la misa acallándose el tenue rumor que sube de la compacta concurrencia. La “Schola Cantorum” dirigida por mosen Julio Broto arrulla al Divino Infante con un bello recital. Surge “Aleluya” del Oratorio “El Mesías”, de Haendel, magnífico, en la suprema afirmación de majestad. El director “siente” la obra y su batuta transmite a los ejecutantes la emoción del artista.
Su figura se agiganta ante el atril, y vemos en él, el espíritu de los elegidos. La obra y su ejecución deja en nuestro ánimo grata impresión de Arte. Después, mosen Julio ofrece las primicias de su villancico “Nochebuena”que nos revela la fina sensibilidad artística del autor; letra y música son todo poesía. La voz dulce y emocionada de Adela Ferraz nos deleitó en un “solo” y Pura Egea “dialogó” con depurado gusto artístico que subrayó el coro con acierto.
Siguen los villancicos de bella música e ingenuo verso. Sonríe el Niño Jesús en su humilde cuna y le adoran los devotos; las mocitas le miran gozosas, y hay en sus rostros como un prematuro gesto maternal…
Tradición musical barbastrense en Adviento y Navidad
Durante muchos años la tradición musical cristiana en Adviento y Navidad se mantuvo en Barbastro gracias al tesón de Julio Broto, ya fuere con los conciertos de la Coral Barbastrense, o con el órgano de la catedral.

