La primavera ha traído a Barbastro dulces aromas de borraja frita, rebozada con una levadura de huevo, harina, licor de anís y en grano, leche, gaseosa, ralladuras de naranja o limón y todo ello espolvoreado con azúcar. Todos esos ingredientes constituyen el tradicional postre del crespillo y que desde hace diecisiete años se reparte a los barbastrenses, comarcanos y visitantes que acuden a la plaza del Mercado el domingo previo al día de la Encarnación para participar en una popular fiesta.
La de este año volvió a ser multitudinaria con largas colas de público que sobresalían de la propia plaza al mediodía para probar este postre que los grupos de cocineras y cocineros habían elaborado desde horas antes, regados con un dulce vino macabeo y moscatel.
La Fiesta del Crespillo, que organiza el Grupo Tradiciones con el respaldo del Ayuntamiento y varias asociaciones y colectivos vecinales, fue un éxito debido a la buena climatología, al trabajo de los voluntarios cocineros pero sobre todo a la generosidad de muchos hortelanos de Barbastro, Castillazuelo, Costean, Buera, Colungo o Morilla que ante la advertencia de la escasez de borrajas lanzada días atrás por la presidenta de Tradiciones, Elita Davias, contribuyeron al buen desarrollo de esta iniciativa aportando miles de matas de borraja con las que se pudieron elaborar alrededor de 10.000 postres.
La receta de este año -similar a la ediciones pasadas- contó con 60 docenas de huevos, 70 kilos de harina, 10 botellas de anís, 60 kilos de azúcar, 35 sobres de gaseosa, 70 levaduras, 1 kilo de anís en grano, 20 litros de leche, 40 litros de Macabeo y 10 de moscatel.
Entre los hornillos se pudo ver al alcalde Antonio Cosculluela, y al portavoz del PP, Ángel Solana, habituales a esta cita junto a amas de casa, miembros del grupo Tradiciones, asociaciones de vecinos y de comercio. Mientras las Damas mayores e infantiles se encargaban de repartir los crespillos, la velada era amenizada por las melodías de los Dulzaineros del Somontano.
“Estamos muy contentos por la respuesta del público pero sobre todo por la de los hortelanos que nos han dado la borraja. Eso ha sido maravilloso porque las borrajas se habían helado y no encontrábamos. Corrimos la voz y empezaron a llegar matas y matas, más que ningún año. Es de agradecer que la gente valore el trabajo que haces para el disfrute de todos”, señalaba Elita Davias. “Incluso nos han llegado bolsas de borraja al Ayuntamiento para esta fiesta”, apuntaba el alcalde, quien destacaba la recuperación de esta costumbre convertida en fiesta popular “y que realza no sólo el conocimiento del crespillo, sino de la ciudad y comarca”.
Postre ritual
El crespillo es un postre ritual, ligado al mundo agrícola y concretamente a zonas donde predomina el cultivo del olivo como el Somontano. Manda la tradición que los crespillos se deben comer el 25 de marzo, día de la Encarnación de la Virgen a modo de ritual para conseguir que las “oliveras se empreñen” y den abundante cosecha nueve meses después. Desde el punto de vista antropológico esta tradición celebra la llegada de la primavera, el renacer de la naturaleza y la dignificación de las tareas agrícolas.