Vives el conflicto para despertar a una nueva realidad, en la que no hay buenos ni malos, solo personas de carne y hueso que lo hacen lo mejor que pueden, con sus mochilas emocionales, sus virtudes y defectos. Te identificaste demasiado con el papel de la buena, la complacedora, la que siempre decía sí y estaba disponible para todo y todos, tanto que te acabaste perdiendo en este papel. Tu pareja, tus hijos, aquella compañera de trabajo que tantos quebraderos de cabeza te da… son las pruebas que te pone la vida para que te abras a quien realmente eres, para que pongas límites y saques tu poder. Identificándote con el personaje de la buena tan solo eres la pobre víctima. Saca tu fuerza, asume tu responsabilidad y sal de esa zona de confort qué tanto daño te está haciendo. Ya no toca estar allí, toca Ser tú, auténtica. Tus hijos, la pareja o quien sea, por amor, tocan esas teclas para que saltes para que digas ¡basta ya! Y empieces a ordenarte por dentro, solo así podrás poner orden fuera. Ordena tus emociones tantas veces reprimida bajo el yugo del buenísimo, del perfeccionismo sin límite, de la sonrisa permanente que, al igual que un gran muro, te protegía de sentir.
Hazte el favor de romper tus corazas para liberarte del personaje y así poder ser tú, con tus virtudes y con tus defectos. Abraza tus sombras para que no acabes perdiéndose en ellas, no temas ver tus monstruos internos, solo mirándolos dejarán de perseguirte para devorarte. Pon la energía del amor en movimiento, pero está vez dirígela hacia dentro, de lo contrario es una burda estrategia de tu inconsciente para conseguir unas migajas de amor, migajas de las cuales tu personaje se ha estado alimentando durante todo este tiempo. Deja de darle de comer y alimenta tu esencia. Llénate de amor, comprensión, de palabras bonitas, de compasión…
Tira el muro y sal a la vida AUTÉNTICA, SALVAJE, LIBRE de las cadenas del agradar y complacer. Tira el muro y SORPEÉNDETE DE LA BELLEZA DE SER TÚ