Paula Gracia: ¿Cree que los pasos que se están siguiendo con la vacuna contra el COVID-19 son los correctos?
Edgar Abarca: Claro, yo creo que quizás desde un punto de vista epidemiológico todavía faltan datos, pero el tema de la vacuna ya es diferente. Para que salga una vacuna se necesitan unos datos muy robustos para que se ponga en el mercado. Y aprovecho de hecho este encuentro que tengo contigo para transmitir un mensaje de confianza. Es decir, para que una vacuna se ponga en el mercado se necesitarán datos prospectivos y con cierto tiempo para saber cómo está funcionando, pero debemos tener todos claro que no se está poniendo cualquier cosa en el mercado. En ese aspecto tenemos que ser muy contundentes y serios para transmitir confianza, porque hay que tener en cuenta que, para que la vacuna funcione, tiene que haber en torno a un 60, 70 % de vacunados, una masa crítica importante. La ciudadanía lo debemos tener claro e ir todos a una en este aspecto.
PG: ¿Cómo cree que han abordado los medios de comunicación la cobertura informativa de la vacuna?
EA: Desde mi punto de vista, la cuestión de la vacuna desde el punto de vista informativo se ha hecho mal, se ha generado mucha desconfianza, porque yo creo que no se ha comunicado bien, de hecho, bastante mal. Se ha dejado paso a la información más bien “marketiniana” antes que a la sanitaria y eso siempre genera desconfianza.
PG: Si, muchas veces se genera más confianza cuando se escuchan testimonios de médicos o profesionales.
EA: Exactamente, esa visión de “estamos sacando la vacuna contrarreloj”, y mañana sale un laboratorio diciendo que tiene una eficacia del 80% y al día siguiente otro diciendo que el 85% y pasado que el 95%, no suele ser, bajo mi punto de vista, una buena estrategia.
PG: ¿Cree que es segura?
Es una pregunta con enjundia, tiene que ser segura porque la metodología científica está clarísimamente establecida y tiene que serlo para que la vacuna dentro de poco pase ya a fase 4 como en Estados Unidos. Bueno, hago un pequeño paréntesis, también con presiones políticas para que salga antes o después, eso a mí es lo que me chirría. Pero hay que saber que para que una vacuna salga al mercado, es un medicamento que tiene que ser testado y extremadamente evaluado y en ese aspecto tenemos que ser muy rigurosos al decir que no es cualquier cosa y que, para que salga al mercado y llegue a la ciudadanía, tiene que haber pasado un cribado importante. Eso no quiere decir si será efectiva. Ya veremos hasta qué punto es efectiva porque también vamos a ver algo muy importante. En cuestión de meses, van a aparecer muchas más vacunas, con otras metodologías desde un punto de vista biotecnológico.
PG: Respecto a la investigación, ¿cómo se encuentran los grupos españoles?
EA: Hay grupos españoles que están desarrollando vacunas con otros métodos distintos a las que ya están saliendo, como la de Pfizer, y que son muy prometedoras. Hay que destacar con menos medios a nivel de investigación y con menos inversión e infraestructura y escasos medios para que podamos hacer frente a estas situaciones en un futuro. Si tenemos que generar un país con un tejido robusto y que dé soluciones, tendremos que apostar verdaderamente por la investigación porque hay una urgencia importante. Y esto quiere decir que van a salir nuevas vacunas y que tendrán que convivir, para que se pueda vacunar a gran parte de la población mundial, necesitaremos muchos laboratorios que convivan y compitan con sus vacunas y las nuevas metodologías con desarrollos cada vez más sofisticados, más testados, etc. Creo que esto ha sido un inicio muy, muy importante, y tenemos que estar contentos de ello.
PG: Si, más fiables.
EA: Algo muy importante también, es que conozcamos las vacunas, no es me pongo la vacuna y ya me quito la mascarilla y todo se va a acabar, en absoluto. Es decir, vamos a convivir muchísimo tiempo con mascarillas, EPIS, medidas higiénicas de lavado de manos y esto va a ser una transición que va a ir en paralelo. Insisto, para que epidemiológicamente haya una inmunidad de grupo, se está hablando de que tiene que haber en torno a un 70% de vacunados y para llegar a esa cifra aún queda mucho camino.
PG: Sí, es un camino largo, pero hay que ir despacio, que si no las cosas luego salen peor.
EA: Es un camino largo y yo me hago muchas preguntas, no como farmacéutico, no como sanitario sino como ciudadano. Estamos hablando cegados con las orejeras puestas en España, Europa y Estados Unidos, pero tenemos que hablar de qué se está haciendo en otras zonas con vacunas como la Sputnik Rusa que ahora se está vendiendo en Latinoamérica. No quiero generar ningún tipo de alarma porque no tengo herramientas para generar alarma, pero simplemente son dudas como ciudadano que tengo. No sabemos nada de la Sputnik, la Agencia Europea del Medicamento no la aprobó y sin embargo se está administrando en Latinoamérica. Es decir, tenemos todavía una gran cantidad de incógnitas que yo creo que van más allá de lo sanitario, trascendiendo a lo político o económico. Y lanzo una pregunta al aire, ¿a África qué llegará?, ¿cuánto tardará? Y ¿cómo y quién va a vacunar?
PG: Y aprovechando la mención de este continente, ¿nos puedes contar tus experiencias de voluntariado?
Sí, esa es la parte más agradable y que no tenemos que olvidar. La formulación en esta forma de trabajar que tenemos en los hospitales y en las farmacias, donde contamos con un laboratorio, en el cual formulamos y llegamos a estas cositas que sirven para ayudar. Yo siempre digo que, si ha ayudado a una persona, todo habrá valido la pena. En esa forma de trabajar en la individualización de los tratamientos, en proyectos de ayuda al desarrollo, tenemos mucho que decir. Yo recuerdo Paula, la primera vez que estuve en un proyecto de estos ya hace bastantes años en Etiopía. Cuando llegué a un hospital en Gambo, en el centro del país, visité lo que era el dispensario ya que no había ni siquiera farmacia, luego sí que la montamos junto con un laboratorio, pero lo primero que encontré fueron pilas y pilas de palés de estatinas. Las estatinas son medicamentos que se usan para el colesterol y quien tiene colesterol en Etiopía, es casi afortunado. Eso me dio que pensar, es de mal gusto. Lo que a veces hacemos en esa labor de todo para África no sirve, todo no. Lo que tenemos que generar es un criterio de qué es lo que realmente esas personas necesitan, qué patologías tienen o qué situaciones clínicas. Ahí lo que hicimos fue un análisis para ver los problemas de salud que tenían y a partir de allí llevar la materia prima de España para elaborar los medicamentos que necesitaba in situ. Montamos un laboratorio para asistir a los niños pequeños y elaborar jarabes.
Esa filosofía es la que hemos hecho ahora en un proyecto en Senegal que comenzamos en febrero, después nos pilló la pandemia y todo se ha paralizado, pero en absoluto va a terminar aquí, vamos a seguir. Hemos asistido a un centro rural que asiste a parturientas y a niños recién nacidos. Hemos llevado la misma filosofía, montando un laboratorio al que llevamos unos diez carros de material y maquinaria cuando fuimos allí. Fuimos 5 compañeros farmacéuticos y una vez que teníamos analizada cuál era la demanda farmacológica, fuimos con nuestra materia prima y montamos un laboratorio para elaborar in situ aquellos medicamentos que eran necesarios para estos niños recién nacidos que nacen con cardiopatías, con problemas de corazón, etc. Esos niños necesitan medicamentos especiales que la industria no elabora. ¡Ojo!, ni allí en Senegal ni aquí en España y también medicamentos para madres que acaban de dar a luz y necesitan antisépticos, pomadas, etc.
PG: Recientemente has obtenido un premio más que sumar a tu trabajo. ¿Podrías hablarnos sobre alguna otra distinción que hayas obtenido?
EA: Pues a ver, no me gusta mucho esto de las medallas porque me da un poco de reparo, pero bueno, sí hemos tenido algún premio importante. Nos otorgaron un premio Nacional de Innovación que nació de Laboratorios Cinfa, esto no fue a nivel personal, sino a mi farmacia, a la farmacia Lachén por un proyecto que hicimos en colaboración con el Hospital de Barbastro. Hemos tenido algún premio nacional de formulaciones, a principios de año recibimos el Premio GEDEFAF (Grupo Español de Dermatólogos y Farmacéuticos Formulistas) en un trabajo en Málaga y también algún premio de innovación en colaboración con la Universidad de San Jorge. Pero sobre todo ir haciendo pequeñas cosas en formación porque no me gusta hablar de premios, me gusta hablar de pequeñas alegrías y cosas que vas haciendo que te estimulan, creo que la medalla es lo de menos de verdad, pero el feedback es importante para alimentar los egos. Creo que también es importante para dar visibilidad, que se vea y que las personas conozcamos que también en una farmacia hay un laboratorio en el que asistimos a aquellos pacientes que no llegan a ser tratados con el tratamiento industrial, labor que estamos cubriendo todos los días. Trabajamos en pacientes mayores o en pequeños donde el medicamento industrial por la forma farmacéutica que necesita es un problema. El ejemplo de tragar pastillas y la necesidad de una forma líquida. Ese tipo de situaciones son las que todos los días intentamos dar respuesta en colaboración con otros profesionales sanitarios.