Muchos de nuestros abuelos saben la suerte que es poder comer huevos recién puestos, de gallinas bien alimentadas y criadas con cariño. A diferencia de los huertos urbanos, las gallinas apenas necesitan cuidados: prácticamente todo está solucionado con un buen gallinero, adecuado al número de gallinas.
¿Qué necesita un gallinero?
Lo primero es situarlo en un lugar bien iluminado, ya que la puesta depende de una glándula que detecta la luz diurna. Con 12 horas de sol es más que suficiente, si reciben menos la producción disminuirá pero con estar al aire libre es suficiente para que reciban la luz suficiente para poner huevos.
También es importante que las gallinas puedan protegerse, tanto de los depredadores mediante vallas, como del frío y la lluvia con alguna pequeña casita dentro del gallinero.
Además, la caja ponedora y el vallado del gallinero deben darles suficiente espacio. La caja debe ser suficientemente grande para que las gallinas puedan darse la vuelta completa, y fuera de ésta necesitan rascarse, estirar las alas y dar algún salto aleteando para sentirse seguras y contentas. Cuanta más amplitud sientan, más satisfechas estarán y querrán poner más huevos.
Por supuesto, también necesitan una percha para colgarse, ya que es su forma de dormir, sobre “el palo” del gallinero. Y vendría bien que también tuvieras un cajón extraíble bajo el palo para poder limpiar cómodamente sus desechos.
Cómo mimar a tus gallinas
Para empezar, las gallinas son animales sociales y necesitan establecer amistades. Se recomienda al menos dos o tres gallinas para que no se sientan estresadas. Si sólo tienes una gallina también podrá poner huevos, pero necesitará más atención porque te considerará su único y mejor amigo, y las gallinas también sienten soledad.
Aunque se piense lo contrario, las gallinas no necesitan un gallo para poner huevos. De hecho, si lo tienes para tener pollitos y/o más gallinas, recuerda que necesitarás separar a la gallina clueca para no confundir los huevos “vivos” con los de consumo.
A las gallinas les encanta beber mucha agua, sobre todo en verano será muy necesario tener un buen contenedor con agua fresca, limpia y siempre disponible, porque pueden beber hasta medio litro de agua al día cada una de ellas. Puedes ponerles en el agua un par de dientes de ajo para protegerlas fácilmente de las enfermedades.
Como a los humanos, les gusta sentir que tienen la situación controlada: procura echarles la comida o limpiarlas a la misma hora y las gallinas te agradecerán tu educación… con más huevos.
Procura que en algún rincón haya polvo o tierra limpia también, ya que las aves se “bañan” revolcándose en el suelo para eliminar a los parásitos.
Una alimentación sana y barata
A la hora de comer, a las gallinas les encanta variar, pero por suerte es muy fácil proveerlas de una alimentación sana y barata. Además de cereales en un comedero, deja que crezcan pequeñas plantas silvestres dentro del gallinero para que obtengan vitaminas de forma natural.
De vez en cuando dales algunos insectos: a ellas les encantan. Y también les encantan las piedrecitas: las aves necesitan comer de vez en cuando alguna pequeña piedra que la ayudará a moler los alimentos en el buche.
Como los huevos necesitan mucho calcio, es importante que lo consigan en su dieta, pero nada más fácil que espolvorear la cáscara de huevo en su comedero para que tengan suficientes reservas y ni sus huevos ni sus huesos se debiliten. Además, para que se entretengan y sean más activas, esparce granos de cereal por el suelo para que picoteen. Lo disfrutarán y te lo agradecerán.
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